Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: Hechos que aún nadie supo explicar

martes, 20 de septiembre de 2011

Hechos que aún nadie supo explicar

Por Fernando Rodriguez


Para la justicia de San Isidro, no es sólo el country Carmel, sino aun el entorno familiar más cercano, el límite dentro del cual anidan todos los secretos nunca debidamente develados del homicidio de María Marta García Belsunce.

Ciertamente, no era el eje de su alegato, pero aunque la acusación de la fiscal Laura Zyseskind abundó en descripciones sobre el eventual encubrimiento del crimen, la justicia de San Isidro sigue sin poder explicar por qué mataron a María Marta.

Desde el principio, los fiscales de San Isidro se enfocaron casi exclusivamente en el entorno íntimo de la víctima a la hora de buscar al asesino o los asesinos. Eso no varió ayer.

Desde siempre, la sumatoria de las acciones de los familiares posteriores al descubrimiento del homicidio hizo aun más inexplicables los actos particulares, ya de por sí difíciles de comprender como eventos desprovistos de ánimo de ocultar algo. Es precisamente esa incomprensible sucesión de actos la que sustenta legítimamente las sospechas.

Pero el martillo de la Justicia no debe bajar sólo por el impulso de la sospecha. Requiere certezas, pruebas. Y casi como ningún otro en los tiempos recientes, este caso demuestra que un mismo hecho puede significar dos cosas opuestas, según quién lo interprete. La descripción de los sucesos por parte de la Justicia debe guardar estricta concordancia y claridad. Ayer se advirtieron algunas interpretaciones sinuosas.

Por ejemplo: la fiscal dio por probado que Juan Carlos Hurtig supo, al igual que su cuñado y su medio hermano, que el "pituto" era uno de los proyectiles disparados contra María Marta. Pero la propia Zyseskind, en el alegato, admitió que en la madrugada John Hurtig -que fue el primero en hablar de ese "pituto"- le preguntó a su esposa si sabía cómo era una bala, de lo que se infiere que él no sabía.

El vecino Sergio Binello y Horacio García Belsunce (h) están acusados de lo mismo: de hacer gestiones para que la policía no entrara al country. Pero uno y otro hicieron lo que se les señala con más de una hora de diferencia; uno de ellos, pues, no tuvo oportunidad de "parar" al patrullero.

Igualmente, habrá que ver ahora si los defensores encuentran cómo explicar lo que aún hoy, a nueve años del crimen, sigue siendo inexplicable.


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