Sentando en su living comedor, rodeado de fotos de toda su familia, muchas de ellas de María Marta, Horacio hace una pausa y prende un cigarrillo para comenzar a reflexionar sobre cómo cambió su vida tras la muerte de su hermana.
"Para los medios pasamos de ser una familia honorable a un grupo de mafiosos". Con esa frase resume toda una serie de acontecimientos que se fueron dando y que cambiaron por completo la vida de este periodista, de sus hijos y de toda la familia.
Una de las consecuencias de la investigación que se llevó a cabo sobre la familia García Belsunce es la repercusión que tuvo en la vida laboral de sus miembros.
Irene Hurtig, media hermana de la víctima, perdió su trabajo en una AFJP. "Guillermo tenía un puesto jerárquico en un banco extranjero, también lo perdió. Y John tuvo más o menos el mismo problema que yo: no conseguía gente que comprara seguros", asegura Horacio.
En su caso, luego de que se pusiera bajo sospecha a los allegados de María Marta, comenzó a perder auspiciantes para su programa periodístico que tiene en televisión por cable.
"Tuve que luchar para conseguirlos. Muchos no atendían el teléfono. Algunos, que son amigos míos, hasta llegaron a ofrecerme la plata pero a pedirme que no ponga el aviso", relata Horacio, mientras se sirve el segundo café negro. "Es duro, pero realmente necesitaba la guita".
Ante esta situación, el hermano de María Marta se vio obligado a hacer algunos trabajos extra, como vender vinos u ofrecerse de remisero. "Me armé un avisito en Facebook y agarré mi propio auto, un Renault Laguna, para usar como remis. Con esa plata por lo menos cubro los gastos del coche", dice.
A la "agencia" unipersonal, Horacio le puso de nombre Resiliencia. "Significa crecer desde la adversidad", explica. "Con eso y la venta de vinos, la voy apechugando como puedo".
LA AYUDA ESPIRITUAL
Palabras como Resiliencia se transformaron en conceptos esenciales en la vida de Horacio, que buscó en lo espiritual una manera de seguir adelante más allá de las acusaciones y del dolor por la muerte de María Marta.
Al principio, a Horacio le "re calentaba" que la gente se codeara cuando lo veía en la calle. Luego se fue acostumbrando.
"Perderla a mi hermana fue muy duro. Recuerdo que le decía a mis amigos que nunca había sentido que me doliera así el alma", dice Horacio, mientras señala una de las tantas fotografías sobre uno de los muebles de su casa. En la imagen se lo ve a él junto a María Marta, conduciendo un programa de radio. "Y lo peor fue pasar del dolor al horror de enterarnos, un mes más tarde, que María Marta había sido asquerosamente asesinada, que tenía cinco tiros en la cabeza".
A partir de entonces, ya nada fue igual para la familia García Belsunce. Durante meses, sus nombres y fotografías aparecieron en las portadas de los principales diarios. La investigación del fiscal Diego Molina Pico apuntó a la familia, fundamentalmente al viudo, Carlos Carrascosa, hoy preso en Campana.
"Llegaron hasta a ensuciarla a María Marta. Incluso quisieron vincularnos con el cartel de Juárez, todo por un anónimo que recibió el fiscal y nunca pudo probar", dice Horacio, dándole una fuerte pitada a un tercer cigarrillo. "A veces no lo puedo ni nombrar", dice, en referencia a Molina Pico.
"Me encontré con la personalidad de un tipo maquiavélico, irresponsable, un gran sin vergüenza. Lo que nos ha hecho no tiene perdón", sostiene Horacio sobre el fiscal. "Puede ser que esté convencido de la historia que armó. Pero es una barbaridad".
Era tal la indignación que Horacio comenzó a sentir, especialmente contra Molina Pico, que tuvo la necesidad de encontrar cómo canalizarla. Por eso se convirtió en coach ontológico. ¿Qué significa? "Significa que te formás para aprender a escuchar e interpretar lo que te dicen las personas. Somos una especie de entrenadores de la vida. Ayudamos a diseñar estados de ánimo", explica el periodista.
Hace otra pausa para fumarse un nuevo cigarrillo. "No sabés lo que me ayudó. Yo no sé cómo hubiera terminado si no hubiera pasado por esta etapa. Esto me permite aprender a aceptar. Esto que me pasó me pasó, ya está. Tengo que aceptarlo y ver cómo sigo de aquí en más", asegura.
LO QUE SIGUE
¿Cómo se imagina el hermano de María Marta que será su vida luego de esa definición?
"Yo no sé cómo va a terminar esto, pero sé que va a terminar. Yo tengo un solo objetivo, que es encontrar a los asesinos de mi hermana", dice. "Un solo día de condena es lo mismo que si me dieran perpetua: ¡¿En qué cabeza puede caber que me acusen de encubrir el asesinato de mi propia hermana?!", se lamenta.
Horacio asegura que cuando todo termine, va a seguir en su misión de "que los autores de este horror se hagan cargo".
"Está todo en la causa. La propia María Marta nos dejó las pruebas: los ADN de tres personas que no son de nuestra familia. Mis hijos, mis sobrinos, todos vamos a seguir buscando que se haga justicia", sostiene. "Que los asesinos no se queden tranquilos. No nos vamos a dar por vencidos".
Ver video sobre los rastros de sangre con ADN
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