Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: Los dinosaurios van a desaparecer, gracias Charly

sábado, 21 de abril de 2012

Los dinosaurios van a desaparecer, gracias Charly

La justicia, el periodismo, la gente…, no sé cuál es el factor, pero sí sé que existen afirmaciones, que falsean la verdad, como cuando se dice que somos todos iguales ante la Ley, o que la difusión no afecta la subjetividad de las personas.

Observemos simplemente un juego de palabras, que desvirtúa y deforma la realidad: si alguien armado (o simulando estarlo) amenaza a otra persona o a un ser querido, y este último se defiende, se dice que se “resistió” en vez de decir: que se “defendió” o que defendió a sus seres queridos (no en todos los casos, sino en donde hay algún interés de cualquier naturaleza). Hay personas que dicen ser periodistas y abogados, y según sus opiniones o intereses, afirman públicamente que alguien: es un “asesino”, sin existir sentencia firme al respecto, cosa que no hacen en todos los casos.

Por otra parte, dentro del juego de intereses, se confunden y se hacen valer mal, los términos de: “me parece, sospecho, presumo, tengo evidencias o realmente dispongo de pruebas”, a punto tal que dicha confusión está generalizada.

Como se puede apreciar, es muy interesante que se trate de ver e investigar la verdad, cosa que el periodismo y la Justicia en general, no hizo en cuanto al caso “García Belsunse”, pese a que el señor Carlos Carrascosa, sin prueba alguna de ser el autor material, o cómplice necesario o secundario del homicidio, se encuentra actualmente detenido en un penal, y para quienes no conocen la causa, debemos decir que hay personas sospechadas del homicidio, e incluso sobre cualquier sospecha o dudas, hay verdaderas pruebas de “los autores”, como ser manchas de sangre (ADN) pertenecientes a dos masculinos (una de ellas con la de la víctima), y una femenina, que no corresponden a ninguno de los imputados en la causa, ni familiares ni amigos. Pero la “Justicia” no instó la investigación al respecto, y los jueces tampoco le dieron importancia y una de las personas “invitadas” a hacerse el análisis correspondiente, simplemente se negó, y todo quedó allí. Aclaro que la función de un fiscal es la de investigar, para aclarar el delito, o sea determinar cómo y quién o quiénes lo cometieron, y que los jueces de garantía tienen que garantizar el debido proceso (no para garantizar la defensa de los delincuentes), y en fin, de todos los intervinientes, no se logró prueba alguna respecto a cómo se cometió el delito, ni quién o quiénes son el/los culpables.

Pero el periodismo en general, no instó el análisis de la verdad, por el contrario, instó y reprodujo sospechas ridículas (como ser la participación de carteles de la droga, problemas de dinero, con sumas millonarias o problemas pasionales), y habiéndose investigado cada una de las falsas expectativas se determinó y probó que no eran ciertas. Creo que dicho periodismo estimuló la desviación de la investigación, con ignorancia o con intereses inexplicables, y hoy el/los homicidas están en libertad. Informar con la verdad, es periodismo, desinformar con la falsedad, por acción u omisión, o por resentimiento, es una canallada imperdonable. También algunos “genios del derecho”, sostuvieron que fue “un homicidio pasional”, y como estaban “los dos solos” el culpable fue el marido”, y por ello está “bien condenado”, sin advertir en principio, que no hay prueba alguna al respecto, como así también que la sentencia se encuentra apelada, y al no encontrarse ni firme ni consentida, la presunción legal es de inocencia. Pero más allá de esto, cuando las cámaras continúan enfocando a algunos de esos “genios”, terminan con una sínica sonrisa de satisfacción, apareciendo como haber cumplido con una misión preestablecida.

Sin entrar en más detalles, porque serían muchas las falencias registradas en el hecho, como ser la desconfianza en la familia, cuando el día del asesinato estuvieron presentes en el lugar, personal médico, policial y judicial, sin haber advertido ni denunciado nada, como así también en el día del velatorio, y por el contrario, la investigación dio comienzo en realidad, a instancia de los familiares. Pero había personas que sostenían que en el lugar había mucho dinero, o quienes cambiaron su primera declaración o mintieron, o a quienes sin fundamentos, se desecharon sus declaraciones serias. Basta con decir, que pruebas concretas de quién asesinó a María Marta, no hay, no se investigaron, las existentes, porque se desvió la investigación a los familiares o amigos, desechándose injustificadamente la participación de terceros. Más aún, evidencias concretas no hay porque de la triste investigación, no surge elemento alguno que conduzca a el/los culpables, y sospechas ciertas tampoco hay, ya que al desviarse la investigación exclusivamente a la familia, parecería que se espera la prescripción y de esa manera conformar a todos con un posible “perdón” y dejar a los asesinos y sus cómplices ocultos y libres, sin indemnizar a los inocentes.


Tago

DNI 4922954


Carta publicada en el diario "El civismo de Luján".

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