Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: Declaran las empleadas domésticas

miércoles, 18 de abril de 2007

Declaran las empleadas domésticas


Dos empleadas domésticas relataron a los magistrados que llevan adelante el juicio oral contra Carlos Carrascosa, acusado de ser el presunto coautor del asesinato de su esposa, María Marta García Belsunce, cómo limpiaron las manchas de sangre en la escena del crimen, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en una casa del country Carmel, de Pilar.
Una de ellas manifestó que utilizó lavandina, detergente, un cepillo y un champú para automóviles para limpiar el baño y el dormitorio, y admitió que se deshizo de un pantalón con sangre que pertenecía a Carrascosa.
De esta forma, los investigadores nunca pudieron levantar los restos de tejidos hemáticos y otras pruebas que hubieran posibilitado el esclarecimiento del homicidio. Dos meses después del asesinato, los peritos encontraron restos de sangre correspondientes a dos hombres y dos mujeres aunque nunca se pudo determinar a quién pertenece esa sangre.
Si bien durante la etapa de instrucción, Mirtha Molina y Emma Benítez había declarado que limpiaron las manchas de sangre y arrojaron las sábanas por orden de un familiar de la víctima, ayer se encargaron de despegar a los parientes de María Marta y dejaron mal parado al fiscal Diego Molina Pico.

ORDEN DE DETENCIÓN
A tal punto llegó la irritación del fiscal, molesto porque Molina no repetía lo que le había dicho durante la investigación, que pidió a los jueces que la detuvieran por supuesto falso testimonio. Además, sin tener ningún tipo de pruebas Molina Pico acusó a la defensa de Carrascosa de que habría instruido a las testigos para que supuestamente declararan a favor del imputado.
Las ocho diferencias entre ambas declaraciones obligaron a que el subteniente Gustavo Suárez, a cargo de la seguridad en la sala de audiencias, tuviera que escoltar a la testigo fuera del recinto.
"A los testigos no hay que prepararlos de esta manera", expresó el fiscal. Entonces, el abogado de Carrascosa, Alberto Cafetzoglus, indignado por la acusación de Molina Pico, le preguntó a la testigo si lo había visto en alguna oportunidad antes de la audiencia.
La mujer negó haberse encontrado con el letrado y reconoció al fiscal como una de las personas que, el día del velatorio estuvo en la cocina de la casa de la víctima, con un hombre vestido de traje a quien se le podía ver el arma que llevaba.
Luego de deliberar durante 45 minutos, los jueces María Angélica Etcheverry, Luis María Rizzi y Hernán San Martín rechazaron la solicitud del fiscal, tal como ocurrió con otros testigos que, en sus declaraciones llegaron a repetir la muletilla "no me acuerdo" en 25 oportunidades.
"¿Por qué se puso a limpiar?", preguntó Molina Pico, y la testigo Molina contestó: "Porque es mi trabajo", pero luego recordó que fue Guillermo Bártoli quien le habría dicho que limpiara, aunque la mujer sostuvo que la orden que le dieron no fue la de limpiar sino que "ordenara y ventilara".
Mientras que Benítez (foto) reconoció que fue Bártoli quien antes de irse al cementerio le dijo: "¿Usted se va a quedar a limpiar? Tire un pantalón de Carlos que está en el cuarto de vestir".
Según Benítez, ese pantalón "tenía sangre aguada en la parte de adelante" y lo colocó en una bolsa junto con sábanas y ocho toallas manchadas con sangre
Al cierre de esta edición, el fiscal ante la Cámara de Casación, Juan Martín Romero Victorica, adelantó que no se presentará a declarar, que hará uso de su derecho como magistrado y que entregará un escrito en el que solicitará que la defensa y el fiscal le envíen las preguntas por escrito.

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