Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: La madre de María Marta no acusó al viudo, y atacó al fiscal

jueves, 14 de junio de 2007

La madre de María Marta no acusó al viudo, y atacó al fiscal


La abogada que representa a la querella dijo que espera que el juicio al viudo "termine pronto" para que se investigue de vuelta el caso "en serio". Dijo que el crimen fue durante un robo y que no hubo encubrimiento.

Carlos Carrascosa escuchó ayer un alegato en su favor. Pero lo curioso es que sus abogados no abrieron la boca.Zulema Rivera y Gustavo Hechem, que representan a la madre de María Marta García Belsunce como particular damnificada (querellante), no acusaron al viudo por el homicidio y cuestionaron duramente la acusación del fiscal Diego Molina Pico.
Rivera y Hechem tardaron más de dos horas en exponer los argumentos que, según ellos, derriban la acusación del fiscal. Para eso,desmenuzaron punto por punto el alegato que Molina Pico hizo el martes, en el que pidió que el Tribunal condene al viudo a prisión perpetua.
En ese tiempo Carrascosa se mantuvo impávido, la misma actitud que había tenido el día anterior. Pero esta vez no escribió nada. Sólo se acomodó en la silla para recomponer la postura un par de veces, moviendo marcadamente la cabeza hacia adelante y hacia abajo mientras hacía un leve encogimiento de hombros, un tic que lo acompañó durante los casi cuatro meses del juicio.
El fiscal escuchó el alegato con atención y tampoco pronunció una sola palabra. Mantuvo casi siempre la vista fija en el público y, cuando no anotaba, jugaba con un lápiz entre sus dedos.
"Pedimos la absolución de Carrascosa porque necesitamos que este juicio termine pronto para poder investigar en serio quién mató a María Marta", apuntó Rivera. Antes había comenzado diciendo: "Dijimos desde el principio que no compartíamos la postura del fiscal en el requerimiento de elevación a juicio. Allí, se le imputó el homicidio a Carrascosa, entre las 18.20 y las 19 (del 27 de octubre de 2002), y dos hechos de encubrimiento: que participó de la reunión del 'pituto' y que aquella noche se reunió con Guillermo Bártoli y Nora Taylor para gestionar un certificado de defunción trucho".
En realidad, en el requerimiento de elevación a juicio la acusación de Molina Pico contra Carrascosa fue más amplia: también sostuvo que el viudo estableció la idea del accidente; que se deshizo de más pruebas que el "pituto", como ropa ensangrentada; que prefabricó su coartada y la de Bártoli; y que coimeó al médico Juan Gauvry Gordon y a la masajista Beatriz Michelini.

Los puntos centrales del alegato de la querella, siempre contra la versión de Molina Pico, fueron:
Que no es "lógico" que Carrascosa, Bártoli e Irene Hurtig acabaran de matar a María Marta y salieran inmediatamente a buscar ayuda, como sostuvo el fiscal. Y que los horarios que dio Molina Pico, por los cuales ubica a Carrascosa, Bartoli e Irene en el lugar del crimen, son imprecisos.
Que en la acusación inicial, el fiscal hablaba de negocios sucios relacionados con el Banco General de Negocios (de los hermanos Rohm) y el narcolavado del Cartel de Juárez, y que esto ahora desapareció de su alegato.
Que es dudoso que se haya usado una sola arma para cometer el crimen —a pesar que las pericias sostienen lo contrario— y que el fiscal no pudo precisar cómo fue la mecánica del hecho.
Que los ADN de las personas acusadas por el fiscal dieron negativo. Lo que no mencionó la querella fue que también dieron negativos los de Nicolás Pachelo, y los vigiladores José Ortiz y Norberto Glennon, señalados por la familia como posibles asesinos de María Marta durante un robo.
Rivera le cedió luego la palabra a Gustavo Hechem, quien siguió cargando contra el fiscal —"tuvo razonamientos ilógicos e insostenibles", dijo— y se ocupó de desarrollar la hipótesis del homicidio en ocasión de robo.
"El 28 de octubre de 2002, Molina Pico fue al velatorio de María Marta y escuchó cinco versiones distintas del accidente. Ese día tendría que haber ordenado inmediatamente la autopsia", sostuvo. Y atacó: "El que se sacó a la Policía de encima fue el fiscal, al desoír el pedido de mi antecesor (como querellante), Adolfo Casabal Elía, de que usara la ayuda de la División Homicidios".
Con respecto al supuesto robo, Hechem explicó que antes del crimen había una "inseguridad escandalosa dentro del Carmel. Había robos planeados y organizados por los vigiladores encabezados por Ortiz". Poner en duda el rol de Ortiz fue lo único en que coincidieron la querella y Molina Pico, aunque por motivos diferentes. Para uno es sospechoso de homicidio y para el otro sólo de encubrimiento.







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