Web Toolbar by Wibiya Caso García Belsunce: Declaración testimonial de Guillermo Bártoli

miércoles, 13 de noviembre de 2002

Declaración testimonial de Guillermo Bártoli

DECLARACIÓN TESTIMONIAL

/// la Ciudad de Pilar, a los 16 días del mes de noviembre del año dos mil dos, comparece ante el suscripto y Secretaria de Actuaciones, una persona previamente citada, a quien se le hace saber que se le recibirá declaración testimonial, como así de las penas con que se castiga el delito de falso testimonio (art. 275 del Código Penal) y el art. 235 del C.P.P. y que depone bajo juramento o promesa de decir la verdad de todo cuanto supiere o le fuere preguntado, haciéndolo de acuerdo con las creencias o convicciones cívicas del compareciente y en este acto, bajo la fórmula "lo juro". Preguntando que es, dijo y llamarse Guillermo Bártoli, DNI 16.119.303 el que exhibe y retiene, argentino de 40 años de edad, nacido el 15 de abril de 1962 en la ciudad de Capital Federal, empleado bancario, casado, domiciliado en la calle Monseñor D'Andrea S/N, Club Carmel, Pilar. Preguntada para que diga si es cónyuge, ascendiente, o pariente colateral hasta el tercer grado, o tutor, curador o pupilo de la/las persona/as imputada/s o, en su caso, pariente en grado igual o más próximo de la vícitima CONTESTÓ: Es cuñado de la víctima. Invitada a que fue a manifestar cuanto conozca sobre el hecho de que se trata. DIJO:  Yo estaba en mi casa y María Marta estaba jugando al tenis y Carlos vino a ver el partido de boca y river, había otra gente en la casa. Durante el segundo tiempo, cuando se largó a llover llegó María Marta a mi casa que venía de jugar al tenis. Tomamos el té y cuando termina el partido de fútbol María Marta dice me voy a casa a bañarme porque viene la masajista, eso habrá sido ponele a eso de las siete menos cinco se fue de casa. Ella se fue cuando terminó el partido. Se fue en bicicleta. María Marta estaba vestida de jogging azul, una remera medio blanca de tenis, zapatillas de tenis y le sacó a Carlos de la camioneta una campera de esas azules, esas finitas de lluvia. Vi cuando se iba porque yo salí con ella porque llevé a otro chico que estaba viendo el partido y como lloviznaba le ofrecí llevarla, me dijo que  no porque tenía la bicicleta, y después de dejar al chico y yo volvía a mi casa me la crucé en el camino, ella iba en su bicicleta hacia su casa. Llegué a casa, estaba Carlos que se quedó en casa, nos quedamos junto con Carlos viendo el partido de independiente y alguien, no me acuerdo. Carlos se fue después del primer gol de independiente de mi casa, creo que hacia su casa. Despés de que se fue, a los diez minutos suena el teléfono y escucho que Irene atiende y salgo a los pedos para la casa, que tardé treinta segundos o un minuto en llegar a la casa de ellos. Dejé el auto en el playón de la entrada, voy a entrar a la casa y veo el bolso de la masajista, la conozco porque también me hace masajes a mí, el bolso estaba al lado de la puerta de entrada, no recuerdo si estaba abierta o cerrada, me parece que abierta, entro y me lo encuentro a Carlos que con cara desencajada me dice que María Marta tuvo un accidente y Beatriz la está ayudando y le pregunté dónde está y me fui para arriba. Llego a la parte de arriba y veo a María Marta en el piso, con medio cuerpo fuera del baño y medio cuerpo dentro del baño, la veo a Beatriz (Michelini) haciéndole respiración boca a boca y me pongo junto a ella a hacerle masajes cardíacos y respiración durante unos 15 minutos, no sé cuánto tiempo, para mí una eternidad. Otro detalle, ella estaba llena de agua en el estómago, tenía la panza hinchada y cuando le hacía masaje cardíaco roncaba como cuando soplás un caño que tiene agua y en varias de las apretadas fuertes que hacía tenía un hilito de agua en la comisura de la boca. Atrás mío, al minuto llega Irene, mi mujer, Carlos creo que ya había pedido la ambulancia, Irene entra al cuarto donde estábamos con Beatriz reavivando a María Marta y yo le digo andá a atenderlo a Carlos y buscá a alguien. Irene lo busca a Diego Piazza que es estudiante de medicina, a los quince minutos viene Dieguito Piazza. En el momento en que lo veo a Diego me levanto como para que él la ayude a Beatriz porque yo estaba cansado y como él es estudiante de medicina sabe más que yo, le digo fijate si tiene pulso porque yo no le encontraba el pulso. Ahí me retiro hacia la ventana que está en el living intimo que está al lado de la escalera porque me sentía muy mal y a partir de ahí la secuencia es que llega la primera ambulancia, no sé en cuánto ni cómo. Esa primera ambulancia legan los dos, yo me alejé de la escena porque yo ya estaba realmente convencido de que estaba muerta porque cuando llegaron y le empezaron a hacer masajes cardíacos y con el respirador artificial y ya habían pasado como 20 minutos, ahí me dio la sensación de que realmente estaba muerta y me alejé de la escena. Cuando llegó la segunda ambulancia fui abajo y salí a tomar aire y vi cómo  estacionaba. Había mucha humedad, me faltaba aire. Después entré, no sé en cuánto tiempo, estaban los cuatro médicos o paramédicos. Hay un momento que no se bien si es antes o después cuando estaban los cuatro médicos que me piden los trapos para limpiar el baño que estaba lleno de agua y de sangre obviamente. Eso me hace pensar de que no había nada extraño justamente. El que estaba agachado de verde, el de la primera ambulancia fue el que me pidió los trapos para limpiar. Y me dijo: quédese tranquilo que vamos a limpiar así ordenamos un poco esto porque la verdad que era una cosa desagradable. Bajo a buscar los trapos, cuando subo se los doy a uno de los dos paremédicos de verde, no sé cuál de los dos, y el otro balde y el trapo se lo entrego a Beatriz, la masajista que fueron los que limpiaron. Yo no tengo en mente a ninguna mucama vestida de rosa en la casa, creo que no, no la vi. Cuando yo comencé a hacerle masaje a María Marta el cuerpo estaba para mí frío y ya sin vida. María marta tenía en la comisura de la boca como un poquito de espumita, por eso yo pensé que se había golpeado y se había ahogado. Estaba con la misma ropa con que estaba vestida en casa. Tenía el reloj, una pulsera de ella, una cadenita con una medallita, tenía los aros de perlas, tenía el movicom puesto en la cintura, no había ningún signo en la casa ni en el dormitorio de violencia o cosas desarregladas, o muebles caídos. Cuando yo entré Carlos estaba abajo y me dijo que lo iba a guardar al perro en su lugar, el perro estaba en ese momento saltándole a Carlos, haciéndole fiestas, el perro no estaba raro, tiene seis o siete meses. Se que tiempo atrás María Marta perdió el perro y que por comentarios de Carlos y de María Marta sé que los llamaban por teléfono pidiéndoles guita por el animal, pero no les dieron plata. Luego de un tiempo, un día en que me encontraba en la casa de María Marta vino la señora de Fister, creo que se llama Teresa , y le dijo a María Marta que su mucama le había dicho que la mucama de Pachelo le había comentado que el día en que María Marta había llamado por teléfono a la casa de Pachelo preguntando si habían visto a su perro y le dijeron que no, el perro estaba escondido en el toilette de esa casa. A eso yo nunca lo asocié con nada. María Marta nunca tuvo ningún encontronazo con el Sr. Pachelo que yo sepa. No tenían peleas con la gente. No eran efusivos ni calentones. Carlos ha sido agente de bolsa por veinte años y es alguien respetado en ese ambiente. María Marta era el motor que lo impulsaba a Carlos a seguir moviéndose por la vida. Sé que firmé un papel que me dieron los médicos, pero no tengo idea de lo que firmé. Me lo dieron a firmar los médicos de la primera ambulancia. Los de la segunda ambulancia no me dieron absolutamente nada para firmar, no hablé con ellos. Lo que no me acuerdo si fue antes o después de los trapos es que baja el médico grandote que no recuerdo si es rubio o canoso, le dice a Carlos, mi pésame, una cosa así, no pudimos hacer nada, Irene se larga a llorar y en ese interín al gordo le dice del certificado de defunción, el médico grandote le contesta de ese trámite se encarga la cochería. Ese médico no dijo nada de llamar a la policía o de que se trataba de una muerte violenta, de haberlo dicho la duda se hubiera sembrado. No tengo conocimiento de que el médico le dijera esto a ningún miembro de la familia. No siendo para más, se dio por finalizado el acto, firmando el compareciente, previa íntegra lectura y ratificación de la presente para constancia, después del suscripto y por ante la Actuaria que da fe.-


Testimonial de Guillermo Bártoli

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